Después de un tiempo de soltería, existen múltiples caminos a seguir. Uno de ellos es lo que partió como resignación y luego pasa a ser el Tiempo de Oro: al parecer, nada importa menos que tener una nueva relación; el miedo a sufrir impulsa a trabajar para vencer otros miedos y lo único que está fuera de cuestionamiento es hacer, comprar y pensar en cosas que a una le gustan. Asimismo, la seguridad de no volver a pasar por las experiencias de antaño crece un poquito más.
Las mujeres que desean una nueva y mejor relación suelen encontrarla. Al menos, así lo he visto. Sin embargo, las indecisas como yo se arriesgan a pillar quién sabe qué ("porque sí, sería lindo un pololo, pero ¿y si es como los otros? ¿Y mis amigos con ventaja? ¿Y mis actividades de toda la semana? Mejor no").
Aparte, terminé acostumbrándome a no pensar tanto en un hombre como posible pareja, sino como una compañía para llenar una tarde... o una noche. Miro, pero pocas veces me doy cuenta de las miradas de otros. Y cuando las noté, no les dí mayor importancia.
Por eso, cuando llegaron un par de hombres interesantes a mi vida con claras intenciones de conquista, se encendieron todas mis alarmas. A una soltera que todavía se acuerda de lo que es estar en pareja quizás no la pillaran volando bajo, mas... ¿qué pasa con una que lleva más de dos años de monogamia consigo misma (con algunos deslices)?
Que no se malinterprete: la sensación es de lujo. Ni en pareja me había sentido tan atractiva. Dan ganas de portarse mal y pasarlo chancho "like you just don't care". Pero me di cuenta de que no soy tan independiente, egoísta o picaflor como creía; que, aunque no me gusta admitirlo, sí me importa la idea de tener una relación estable y que, en estos dos años y algo, aprendí muchas cosas... salvo a reconocer lo que quiero en el amor y lo que buscan/ofrecen las otras personas.
En resumen: Las relaciones son como el ejercicio... no hay que dejarlas por mucho tiempo o se pierde el training, jaja.
Mil Diez
Las mujeres que desean una nueva y mejor relación suelen encontrarla. Al menos, así lo he visto. Sin embargo, las indecisas como yo se arriesgan a pillar quién sabe qué ("porque sí, sería lindo un pololo, pero ¿y si es como los otros? ¿Y mis amigos con ventaja? ¿Y mis actividades de toda la semana? Mejor no").
Aparte, terminé acostumbrándome a no pensar tanto en un hombre como posible pareja, sino como una compañía para llenar una tarde... o una noche. Miro, pero pocas veces me doy cuenta de las miradas de otros. Y cuando las noté, no les dí mayor importancia.
Por eso, cuando llegaron un par de hombres interesantes a mi vida con claras intenciones de conquista, se encendieron todas mis alarmas. A una soltera que todavía se acuerda de lo que es estar en pareja quizás no la pillaran volando bajo, mas... ¿qué pasa con una que lleva más de dos años de monogamia consigo misma (con algunos deslices)?
Que no se malinterprete: la sensación es de lujo. Ni en pareja me había sentido tan atractiva. Dan ganas de portarse mal y pasarlo chancho "like you just don't care". Pero me di cuenta de que no soy tan independiente, egoísta o picaflor como creía; que, aunque no me gusta admitirlo, sí me importa la idea de tener una relación estable y que, en estos dos años y algo, aprendí muchas cosas... salvo a reconocer lo que quiero en el amor y lo que buscan/ofrecen las otras personas.
En resumen: Las relaciones son como el ejercicio... no hay que dejarlas por mucho tiempo o se pierde el training, jaja.
Mil Diez