Existen distancias que nada tienen que ver con geografía, cierto?
Una que me molesta por estos días es la distancia del tiempo: la que se genera por tener poco tiempo.
Empezar una relación en la universidad, cuando uno se ve casi todos los días con el individuo en cuestión tiene su lado bueno (es rico verlo para almorzar, por ejemplo) y el lado malo (si llegas a terminar la relación hay que andar con cien ojos para no topárselo en el patio, no?). Hasta aquí todo bien. Pero el tiempo inevitablemente pasa, y después uno sale de la U, empieza a trabajar y se forma la típica y casi inevitable distancia del "nos vemos solo el fin de semana porque no tengo tiempo en la semana".
Por un lado, repitiendo lo anterior, esto es bueno . . . si llegas a terminar no tienes que andar preocupada de topártelo en la calle o en la pega porque no forma parte de ese mundo, tienes tu vida separada de la de él, entonces recoger los pedazos y seguir adelante es un poco menos caótico. Pero a su vez lo malo es precisamente eso: tienes tu vida separada de la de él.
En este momento, cuesta reírse de los mismos chistes, o hablar de la pega o de lo que se hace cada día. Las horas pasan a ser una nebulosa poco clara . . . sé que está ocupado, pero no sé dónde ni con quién ni con qué. Y no me refiero a saber por controlar y por celos, me refiero a saber por el gusto de saber, por esa sana preocupación que a veces nos pega cuando estamos almorzando y nos preguntamos si él estará almorzando también, no?
Esa distancia es de las peores. Saberse en la misma ciudad, saberse cerca, pero a la vez lejos, porque el celular es caro y no se puede llamar todo el día, porque hablar por msn mil horas en la noche tampoco se puede por culpa del cansancio, y porque al final uno queda resumida a un paréntesis en el fin de semana, sólo un par de horas . . . y el resto de los días, ¿qué?
¿cómo se le hace la pelea a eso?
¿tiene sentido pelear eso?
Supongo que a varias le ha pasado lo mismo, pasar de verse todos los días a verse una o dos veces a la semana, y más encima verse con los ojos cerrados, casi no hablar, porque la pega cansa, el jefe webea, y las cosas no son siempre como uno las quisiera.
Mi pregunta es ¿es esto distancia? No verse, no hablarse, estar separados sin poder arreglarlo, ¿afecta? ¿está bien que de pena, o lata? O ¿hay que simplemente acostumbrarse y esperar lo mejor? ¿puede esta distancia separar?
Saco el tema porque me veo en mi hora de almuerzo, sentada frente al pc, escribiendo esto, sin plata en el cel para llamarlo, y preguntándome que estará haciendo, pero con añoranza, no con rabia ni con celos.
Y como siempre me pregunto si seré solo yo la que piensa así, si solo a mí me da lata, si es justo que me de, o si me estoy quejando por gusto. . .
Veo mi fin de semana como todos los demás, cansada, y con la certeza de las horas son insuficientes, de que al final, igual, el tiempo o la falta de este se convierte en distancia.