¿Te acuerdas de nuestras caminatas por el parque al atardecer? ¿Cuando entre besos y abrazos me decías al oído cuánto me amabas e incluso cantabas canciones de amor?
¿Te acuerdas de nuestra primera vez juntos? ¿Cuando no podíamos parar de mirarnos y sonreír?
¿Recuerdas esa vez que me tomaste entre tus brazos y prometiste que nunca me dejarías caer?
¿No te da nostalgia recorrer las mismas calles de esta ciudad sin mí? ¿Reírnos de la gente, comer golosinas y gritar mudos el amor que sentíamos el uno por el otro?
¿Nunca te detuviste a pensar en mí cuando estabas con ella? ¿Nunca sentiste ni una pizca de remordimiento por mentirme a la cara y romperme el corazón?
¿Me odias? Apuesto que sí. Apuesto que todos esos recuerdos teñidos de amor que guardo con celo tú los reemplazaste por las discusiones, los malos ratos, las despedidas, las llamadas a toda hora.
¿No te dan ganas de saber de mí? ¿De llamar para saber cómo me va? ¿Preguntarme si voy a X concierto, si no me gustaría que nos tomáramos un café?
Yo guardo todavía en el corazón tus manías Algunas sin darme cuenta las adopté como mías y a ratos se me escapa un suspiro cuando me pillo repitiendo lo que aprendí por amor.
Mi único consuelo es que me odias. No me puedes ver y sé que ahora te ríes de mí, de lo loca que según tú estoy. Mi consuelo es que sé que me odias con la misma intensidad con la que me amaste.
Y yo... Intenté odiarte y no lo logré. Ya no te amo, ni te extraño. Eres una pieza más de la colección. Un juguete con el cual a veces me entretengo, cuando la tarde se va, el frío empieza a colarse en mi habitación y alegro el final de mi día con lo que ahora me queda.
Recuerdos... Nada más.
Juana La Loca
¿Te acuerdas de nuestra primera vez juntos? ¿Cuando no podíamos parar de mirarnos y sonreír?
¿Recuerdas esa vez que me tomaste entre tus brazos y prometiste que nunca me dejarías caer?
¿No te da nostalgia recorrer las mismas calles de esta ciudad sin mí? ¿Reírnos de la gente, comer golosinas y gritar mudos el amor que sentíamos el uno por el otro?
¿Nunca te detuviste a pensar en mí cuando estabas con ella? ¿Nunca sentiste ni una pizca de remordimiento por mentirme a la cara y romperme el corazón?
¿Me odias? Apuesto que sí. Apuesto que todos esos recuerdos teñidos de amor que guardo con celo tú los reemplazaste por las discusiones, los malos ratos, las despedidas, las llamadas a toda hora.
¿No te dan ganas de saber de mí? ¿De llamar para saber cómo me va? ¿Preguntarme si voy a X concierto, si no me gustaría que nos tomáramos un café?
Yo guardo todavía en el corazón tus manías Algunas sin darme cuenta las adopté como mías y a ratos se me escapa un suspiro cuando me pillo repitiendo lo que aprendí por amor.
Mi único consuelo es que me odias. No me puedes ver y sé que ahora te ríes de mí, de lo loca que según tú estoy. Mi consuelo es que sé que me odias con la misma intensidad con la que me amaste.
Y yo... Intenté odiarte y no lo logré. Ya no te amo, ni te extraño. Eres una pieza más de la colección. Un juguete con el cual a veces me entretengo, cuando la tarde se va, el frío empieza a colarse en mi habitación y alegro el final de mi día con lo que ahora me queda.
Recuerdos... Nada más.
Juana La Loca