Sí, lo reconozco. Sin tapujos, ni problemas. Yo soy la Ex problemática, que persigue, acosa, llama, busca y no deja nunca tranquilo al pobre ex novio. Soy la sicópata, la psycho, la peor pesadilla de cualquier mujer. Sé usar Google a la perfección y las redes sociales (Facebook y Twitter) no han hecho sino aumentar mi habilidad para conseguir información y puedo dar con números de teléfono, emails, direcciones y hasta RUT en cuestión de minutos. Saco conclusiones con una rapidez escabrosa y puedo pasar meses rogando, suplicando y arrastrándome por otra oportunidad. Pero no siempre fue así.
Una Psycho no nace, se hace. Hay ciertos defectos que si no son asumidos a tiempo, darán paso al nacimiento de una Sicópata. Principalmente, la inseguridad. Con uno misma, hacia los demás, hacia el mundo. Todos parecen mejor que tú y si alguien se fija en ti, tienes que pegarte con una piedra en el pecho.
Entonces, ocurre lo imposible: alguien te encuentra, te enamora, te hace vivir aquellos sueños y sensaciones que pensabas estabas destinada a vivir sólo en tus sueños o en películas. Eres feliz, te entregas sin tregua, planeas una vida completa con la otra persona. Hasta que se acaba. Y no es la ruptura en sí, sino la razón de la ruptura. Te engañaron, te mintieron. Traición. Incluso puede ser que hayas sido tú la que haya decidido terminar. Either way, el mundo se te viene abajo.
Y llegan las preguntas. De a poco, casi sin sentirlas. Quieres morir, saber qué hiciste mal, por qué te dejaron por otra, por qué hubo otras si te amaban tanto. Luego, al no dar con la respuesta miras hacia fuera. Y empieza el acoso.
Primero sin querer. Llamadas de la nada “Sólo para saber cómo estás, ¿qué cuentas, querido? Tanto tiempo...”. Después, empiezas a desarmar y rearmar fechas, situaciones, rostros, nombres. Y cuando empezaste a averiguar, a tener frutos de tu arduo trabajo es simplemente demasiado bueno para dejarlo. Sicopatear es una droga dura. Por eso no todos pueden, ni aguantan.
Con la aparición de los blogs y Google y Facebook y todas esas cosas, el sicopateo puede llegar a niveles increíbles. Con un par de búsquedas bien hechas, ya no sólo tienes conclusiones comprobables sólo en tu cabeza, sino información dura: comentarios sospechosos, mensajes en el muro, fotos, amigos en común, evidencia.
Pero detrás de toda sicópata (aparte de un hombre que nos cagó la siquis de por vida), está el lado que nadie quiere ver ni asumir: uno no sicopatea por gusto, sino por obligación. Porque las cosas nunca quedaron claras, por el puto “termino contigo porque no sé lo que siento”. Porque las cosas en la relación nunca quedaron claras, porque siempre hubo dudas y rincones oscuros que el otro se negó a explicar. Y esa es una semilla que nutrida por la inseguridad, la duda y el temor al abandono puede crecer y crear un monstruo. Como yo.
Sólo pido un poco más de respeto y menos lástima por la raza Psycho. Tenemos sentimientos, igual que los demás. Alguna vez tuvimos corazón, igual que los demás. Sólo que alguna vez lo hicieron tan mierda que nunca mejoró como correspondía. Somos un Frankenstein emocional, un fantasma de una persona alguna vez feliz, normal.
El problema es nuestra perversa visión del amor. El amor que una siente por el otro debería ser suficiente para superar cualquier obstáculo. Pero muchas veces no lo es. Y para algunas, eso simplemente no puede ocurrir.
Una Psycho no nace, se hace. Hay ciertos defectos que si no son asumidos a tiempo, darán paso al nacimiento de una Sicópata. Principalmente, la inseguridad. Con uno misma, hacia los demás, hacia el mundo. Todos parecen mejor que tú y si alguien se fija en ti, tienes que pegarte con una piedra en el pecho.
Entonces, ocurre lo imposible: alguien te encuentra, te enamora, te hace vivir aquellos sueños y sensaciones que pensabas estabas destinada a vivir sólo en tus sueños o en películas. Eres feliz, te entregas sin tregua, planeas una vida completa con la otra persona. Hasta que se acaba. Y no es la ruptura en sí, sino la razón de la ruptura. Te engañaron, te mintieron. Traición. Incluso puede ser que hayas sido tú la que haya decidido terminar. Either way, el mundo se te viene abajo.
Y llegan las preguntas. De a poco, casi sin sentirlas. Quieres morir, saber qué hiciste mal, por qué te dejaron por otra, por qué hubo otras si te amaban tanto. Luego, al no dar con la respuesta miras hacia fuera. Y empieza el acoso.
Primero sin querer. Llamadas de la nada “Sólo para saber cómo estás, ¿qué cuentas, querido? Tanto tiempo...”. Después, empiezas a desarmar y rearmar fechas, situaciones, rostros, nombres. Y cuando empezaste a averiguar, a tener frutos de tu arduo trabajo es simplemente demasiado bueno para dejarlo. Sicopatear es una droga dura. Por eso no todos pueden, ni aguantan.
Con la aparición de los blogs y Google y Facebook y todas esas cosas, el sicopateo puede llegar a niveles increíbles. Con un par de búsquedas bien hechas, ya no sólo tienes conclusiones comprobables sólo en tu cabeza, sino información dura: comentarios sospechosos, mensajes en el muro, fotos, amigos en común, evidencia.
Pero detrás de toda sicópata (aparte de un hombre que nos cagó la siquis de por vida), está el lado que nadie quiere ver ni asumir: uno no sicopatea por gusto, sino por obligación. Porque las cosas nunca quedaron claras, por el puto “termino contigo porque no sé lo que siento”. Porque las cosas en la relación nunca quedaron claras, porque siempre hubo dudas y rincones oscuros que el otro se negó a explicar. Y esa es una semilla que nutrida por la inseguridad, la duda y el temor al abandono puede crecer y crear un monstruo. Como yo.
Sólo pido un poco más de respeto y menos lástima por la raza Psycho. Tenemos sentimientos, igual que los demás. Alguna vez tuvimos corazón, igual que los demás. Sólo que alguna vez lo hicieron tan mierda que nunca mejoró como correspondía. Somos un Frankenstein emocional, un fantasma de una persona alguna vez feliz, normal.
El problema es nuestra perversa visión del amor. El amor que una siente por el otro debería ser suficiente para superar cualquier obstáculo. Pero muchas veces no lo es. Y para algunas, eso simplemente no puede ocurrir.
Juana La Loca
15 comentarios:
Yo me confieso aquí:
Declaro ser una SICÓPATA también y aunque me encuentro en rehabilitación actualmente, creo que esta es una condición estructural. La rehabilitación lo que hace es bloquear un objeto de deseo, pero no la disposición a desear algo con tanta obsesión como para llegar a hacer las cosas que me hacen llamarme sicópata.
Muy buen post. Me encantó y es tal cual ... no sé si condenaria a un/a psycho ...
creo que en el fondo, a pesar de las maldades que pueda cometer, es una persona que sufre...
Pf! Yo, soy todo lo contrario, soy amiga de todos mis ex, y eso también me convierte en la peor pesadilla de cualquier mujer.
Nunca serví para ser psicópata, pero me han tocado unas ex que hay dioses! Siempre culpé al pobre novio, pero con el tiempo me di cuenta que en la mayoría de los casos la culpa no era de él.
Bueno, me ha tocado vivir el otro lado de tu historia y no tiene nada de agradable.... alguna vez te ha tocado eso a ti? espero que no, por que te darás cuenta de que lo que haces no tiene ninguna gracia, y tampoco es bueno para ti...
Saludos.-
Todos tenemos ese gen psycho dentro ,creo que las circunstancias de la vida ,lo hacen aflorar !!
alguna vez fui sicopateada por un ex ..pero de esos que dan miedo, recuerdo que me decia cada vez que agregaba alguien nuevo a facebook..osea
pero es verdad lo que dice el post sobre eso de “termino contigo porque no sé lo que siento”. ... porque mas ganas te dan de saber si fue por otra persona o por confusion
si a mi me dijera eso un %&&$$ como excusa pa terminar yo diría: y éste qué se habrá creído ?? que se de con una piedra en los dientes porque tuvo el honor de salir conmigo ... el orgullo es lo más importante qeu debe tener una persona y si no hay orgullo te conviertes en la sicopata ... que miedito
he tenido un enorme sentimiento de alivio al leer tu post!
no soy la unica!
y necesito aprener mas.. ajun no llego a telefonos y direcciones.. estube a punto!
jajajaja
besos
Concuerdo con Bones. También me ha tocado vivir el otro lado de la historia y no es agradable.
Tuve un ex que me psicopateó por mucho, mucho tiempo... y la verdad creo que en su caso eran los genes más que una experiencia anterior (que puede ser en otros casos).
Hay una cosa que jamás me ha cabido en la cabeza de las psycho: ¿por qué demonios buscan a las nuevas parejas de sus exs? ¿o a l@s tip@s con los que las gorrearon? ¿esa explicación no debería quedar en pareja? ¿no deberían culpar únicamente a su pareja? Es él el que les prometió fidelidad, no la otra, ¿no? (acá se excluyen casos especiales de amigas, of course).
Y si hay algo que no tolero mucho es andar justificando al resto. Creo que todos tenemos que ser lo suficientemente valientes como para asumir nuestros propios actos. Nadie es una persona 100% normal. Yo también cargo con muchos traumas... pero no por eso se los voy a traspasar al resto.
Suerte con eso ;)
Yo creo que, en general, juzgar es re fácil. Siempre hay dos lados de la historia. La de él/la sicópata y la de él/la sicopatead@.
Uno dirá que las cosas nunca le quedaron 100% claras. Que no le explicaron como era el asunto en su momento. Que le ocultaron cosas. Que quedan pendientes.
El otro dirá que lo persiguen y no sabe por qué, que ya aclaró todo lo que podía aclarar, que ya dijo como eran las cosas, y que lo dejen en paz de una buena vez.
Generalmente sólo conocemos un lado de la historia (porque lo vivimos nosotros o alguien cercano a nosotros) y juzgamos con facilidad el otro. Con un poco más de comprensión por aquel lado que nos es ajeno, quizás podamos lograr menos sicopateos en general. Hay veces en los que hay que dejar ir y seguir adelante aunque no estén todas las respuestas tan claras como querríamos, porque quizás tanta claridad no existe. A veces hay que entender que el otro busca respuestas, claridad, explicaciones y quizás no podamos dejarlo 100% conforme pero podemos intentarlo.
Yo he estado en ambos lados y me consta que en cada uno hay una historia detrás, una versión que a veces la mayor parte de la gente no conoce. Y no siempre es "me cagaron antes y por eso ahora sicopateo a todo el mundo". Muchas veces el tema es más complejo. Es re fácil decir "la sicópata no sabe lo que siente el sicopateado, por eso lo hace". ¿Pero el sicopateado entiende la obsesión que mueve a la sicópata, su desesperación, su angustia? ¿Que sabe que lo que hace está mal pero siente que "no puede evitarlo? No se trata de justificar, pero sí de contextualizar un poco. Quizás algunos sicopateos (claramente no todos) sean más fáciles de evitar de lo que parece.
PD: Esto no aplica para casos seriamente patológicos con guaguas inventadas y perdidas, amenazas de crímenes violentos y otros.
jajajaja Natilla siempre tan clever :) es verdad, cuando hay tanta confusión mental en el que termina a veces ni él mismo sabe por qué lo hace, sólo sabe que no quiere estar más con la otra persona ... mi ex todavía no sabe por qué le vino la crisis pero ahora quiere volver y sólo sabe que soy la mujer de su vida
Uff,le he dicho mil millones de veces a mi ex que ya no quiero nada, pero también me ha tocado vivir el lado de ser la novia del sicopateado... peor! terrible! Una vez recuerdo estar rico tendidos en el sofá mirando la televisión, cuando sonó su teléfono... era ella... obviamente no contestó, pero me sentí peor que si me llamara mi ex para pa' pedirme que volviéramos... que lata, insisto en que no es agradable, además ¿cuál es el fin? no se dan cuenta que en vez de recuperar lo que tanto "aman" y anhelan, sólo logran alejan más y más...
Fe de erratas: sólo logran que se aleje más y más...
en cada pareja uno de los 2 tiene que ser Psycho, en toda pareja que se acaba claro esta...extrañamente he estado de los 2 lados y suelen ser buenos y malos por momentos, como la vida misma supongo...pero con mas intensidad.
YO ME SIENTO TOTALMENTE IDENTIFICADO, ESTOY PASANDO POR ESO EN ESTE MOMENTO, LA MEJOR DEFINICION QUE PUEDE HABER ENCONTRADO.
Publicar un comentario