En el fondo, soy buena gente. Me río de la desgracia ajena, pero no me alegro. Lo que pasa es que mi humor negro – negro a veces hace creer que soy una heartless bitch. Y nada más lejano a la realidad.
Para que se entienda: Innombrable hizo conmigo lo que quiso. Me gorreó en innumerable ocasiones, me mintió en muchas más y barrió el piso conmigo como quiso.
La cosa es que en mis múltiples discursos de venganza, además de pedir su cabeza en una bandeja de plata (mostra Salomé), siempre quise que él se sintiera como me sentí yo. Es decir, que lo engañen frente a sus narices. Una sola vez. Que sienta ese desgarro en el corazón al darte cuenta que la persona en quién confiarías tu vida no es más que un patán calentón que con tal de satisfacer sus bajos instintos es capaz de envolver la cabeza de su madre en la bandera nacional y proceder.
El otro día, revisando su blog (vicio porfiado que aún no puedo dejar) él contaba que lo habían engañado. Que se sentía raro, mal.
Y yo, en vez de saltar en una pata e irme de farra con mis amigas, me vi intentando conseguirme su celular y enviándole un correo preguntándole si necesitaba hablar con alguien, mal que mal, nadie mejor que yo para escuchar las penurias amorosas de los engañados.
Algo hizo que me arrepintiera antes de apretar “Enviar”. Dejé las cosas ahí, tal cual, guardadas en esa maravillosa opción "Borradores" de mi email.
Pasaron los días y volví a leer el post en cuestión, pero esta vez terminé de leerlo completo.
El post dice que todo es una mentira, que el que se ríe último siempre se ríe mejor y toda esas patrañas que le gusta repetir tanto a Innombrable.
Yo me quedé plop. Sé que escribe esas cosas porque yo las leo. Eso del yo sé que tú sabes que yo sé. También sé que su juego favorito es meter la mente de las personas que lo rodean en una juguera solamente para ver qué pasa. Y sigo cayendo. Una y otra vez, no hay caso, no aprendo. Los buenos valores inculcados por Papá y Mamá y la misa dominical surtieron un efecto demasiado profundo.
Lo bueno es que ahora ya no me duele tanto como antes. Sí, en el primer momento volví a desear su cabeza (y lo que cuelga entre sus piernas) en bandeja de plata. Pero duró tan poco que hasta yo misma me sorprendí. Me di cuenta, no en un aspecto soberbio, que soy mejor que él. Que tal como dijo una amiga mía: “Haga lo haga, Innombrable siempre te va a estar buscando a ti. En otras, muchas, pero a ti. Ése es su castigo. Que nunca más te va a volver a encontrar”.
Odiosamente,
La Rabiosa
Para que se entienda: Innombrable hizo conmigo lo que quiso. Me gorreó en innumerable ocasiones, me mintió en muchas más y barrió el piso conmigo como quiso.
La cosa es que en mis múltiples discursos de venganza, además de pedir su cabeza en una bandeja de plata (mostra Salomé), siempre quise que él se sintiera como me sentí yo. Es decir, que lo engañen frente a sus narices. Una sola vez. Que sienta ese desgarro en el corazón al darte cuenta que la persona en quién confiarías tu vida no es más que un patán calentón que con tal de satisfacer sus bajos instintos es capaz de envolver la cabeza de su madre en la bandera nacional y proceder.
El otro día, revisando su blog (vicio porfiado que aún no puedo dejar) él contaba que lo habían engañado. Que se sentía raro, mal.
Y yo, en vez de saltar en una pata e irme de farra con mis amigas, me vi intentando conseguirme su celular y enviándole un correo preguntándole si necesitaba hablar con alguien, mal que mal, nadie mejor que yo para escuchar las penurias amorosas de los engañados.
Algo hizo que me arrepintiera antes de apretar “Enviar”. Dejé las cosas ahí, tal cual, guardadas en esa maravillosa opción "Borradores" de mi email.
Pasaron los días y volví a leer el post en cuestión, pero esta vez terminé de leerlo completo.
El post dice que todo es una mentira, que el que se ríe último siempre se ríe mejor y toda esas patrañas que le gusta repetir tanto a Innombrable.
Yo me quedé plop. Sé que escribe esas cosas porque yo las leo. Eso del yo sé que tú sabes que yo sé. También sé que su juego favorito es meter la mente de las personas que lo rodean en una juguera solamente para ver qué pasa. Y sigo cayendo. Una y otra vez, no hay caso, no aprendo. Los buenos valores inculcados por Papá y Mamá y la misa dominical surtieron un efecto demasiado profundo.
Lo bueno es que ahora ya no me duele tanto como antes. Sí, en el primer momento volví a desear su cabeza (y lo que cuelga entre sus piernas) en bandeja de plata. Pero duró tan poco que hasta yo misma me sorprendí. Me di cuenta, no en un aspecto soberbio, que soy mejor que él. Que tal como dijo una amiga mía: “Haga lo haga, Innombrable siempre te va a estar buscando a ti. En otras, muchas, pero a ti. Ése es su castigo. Que nunca más te va a volver a encontrar”.
Odiosamente,
La Rabiosa
6 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo con tu amiga. Diría que se trata de un sicópata, pero he visto gente peor, lo que no sé si es bueno o malo.
Y quien sabe, en una de esas sí lo cagaron y no quiso admitirlo... nunca se sabe.
Muy buen consejo el de tu amiga. y es reconfortante pensar eso.
Aunque duele y cueste, a veces es mejor soltar, desenredarse (como si fuera fácil).
¡te mando un saludoo!
HOLAAA, finalmente aca estoy ! Que te puedo de cir de este post? el psicopata es basicamente aquel que n siente culpa...asi que olvidalo..por que jamas le vas a ganar la partida...yo estuve en tu lugar una vez..y la pase mal..muy mal..pero el tiempo solo el tiempo es tu gran aliado..a la larga salta la verdad...asi que dejalo..ya va a caer solito..o con vos..o con otra que le va a hacer pagar todo...y ahi..DISFRUTA!! pero no sigas gastando energia. cuidate vos ante todo..
beso
Cortá ya cualquier conexión con ese tipo!No podes seguir rebajandote, de alguna manera, "persiguiéndolo", estando en su vida y permitir que él esté en la tuya y que siga siendo importante. Es simple: Te garcó, te metió los cuernos, te gorrió, llamalo como quieras, pero ese tipo es una basura, no sirve.
A otra cosa mariposa!
Tanita
Coincido con el último comentario, aunque tb entiendo que hay procesos difíciles de superar y que necesitan no sólo de tiempo, sino tb de una especie de hito que lo deje bien guardado en el baúl de la memoria y no dando vueltas por la cabeza y embarrándonos el presente.
Además, y viéndolo desde el lado positivo, si todo fuera tan fácil para todas las personas no tendríamos grandes novelas lloronas (quién dijo Jane Austen?), ni nos entretendríamos leyendo y opinando en este blog.
Saludos! =)
Me caes bien. A veces uno hace tantas tonteras pensando sólo en uno o siguiendo la aventura de hacer algo que está mal.
No te preocupes, tarde nos damos cuenta y se cae el mundo.
Siempre hay una mujer que aparece, nos quita el sueño y nos hace todo lo que hicimos.
El que la hace la paga, es el karma.
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