miércoles, 30 de junio de 2010

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de nuestras caminatas por el parque al atardecer? ¿Cuando entre besos y abrazos me decías al oído cuánto me amabas e incluso cantabas canciones de amor?

¿Te acuerdas de nuestra primera vez juntos? ¿Cuando no podíamos parar de mirarnos y sonreír?

¿Recuerdas esa vez que me tomaste entre tus brazos y prometiste que nunca me dejarías caer?

¿No te da nostalgia recorrer las mismas calles de esta ciudad sin mí? ¿Reírnos de la gente, comer golosinas y gritar mudos el amor que sentíamos el uno por el otro?

¿Nunca te detuviste a pensar en mí cuando estabas con ella? ¿Nunca sentiste ni una pizca de remordimiento por mentirme a la cara y romperme el corazón?

¿Me odias? Apuesto que sí. Apuesto que todos esos recuerdos teñidos de amor que guardo con celo tú los reemplazaste por las discusiones, los malos ratos, las despedidas, las llamadas a toda hora.

¿No te dan ganas de saber de mí? ¿De llamar para saber cómo me va? ¿Preguntarme si voy a X concierto, si no me gustaría que nos tomáramos un café?

Yo guardo todavía en el corazón tus manías Algunas sin darme cuenta las adopté como mías y a ratos se me escapa un suspiro cuando me pillo repitiendo lo que aprendí por amor.

Mi único consuelo es que me odias. No me puedes ver y sé que ahora te ríes de mí, de lo loca que según tú estoy. Mi consuelo es que sé que me odias con la misma intensidad con la que me amaste.

Y yo... Intenté odiarte y no lo logré. Ya no te amo, ni te extraño. Eres una pieza más de la colección. Un juguete con el cual a veces me entretengo, cuando la tarde se va, el frío empieza a colarse en mi habitación y alegro el final de mi día con lo que ahora me queda.

Recuerdos... Nada más.

Juana La Loca

miércoles, 9 de junio de 2010

Él, la guinda de la torta

Estimados, tenemos el agrado de dejarlos con una nueva colaboración de una de nuestras lectoras, esperamos que les guste.
Hemos tenido poco tiempo para actualizar, pero seguimos recibiendo sus colaboraciones e historias en el correo soy.la.ex@gmail.com, solo les pedimos que nos tengan paciencia.
_________
Mis zapatos buscan cada hoja rojiza en el suelo del atardecer. Las hojas crujen como lo han hecho por años, siempre con el mismo suave estruendor de un retazo de vida que acaba. Recuerdo cómo me tomabas la mano mientras caminaba juntando mi escaso equilibrio por esa pequeña pared que separaba los jardines de la acera. Al bajar, las hojas comenzaban su sinfonía de trizas. Y tus ojos dulces eran tan dulces como los de cualquiera que ame de verdad. Podrías ser él, pero nunca lo serás. Tu recuerdo no importará más que los de las hojas, porque al parecer, sólo los recuerdos que nos hacen llorar nos interesan lo suficiente para escribirlos…y sigo hablando de él aunque no me roba las lágrimas como hace 10 años (o debería decir 12). Sigo hablando de él en un café de aroma intenso. Sigo explicando por qué no está, dónde está y con quién hace el amor. Como si pudiera explicarlo. Qué ilusa, no pude antes, menos ahora, que nuestras vidas han divergido tanto, como siempre lo pronosticó.

“No busques a alguien para que te haga feliz, sino para que comparta contigo la felicidad que has alcanzado”. Aunque lo repita mil veces no podré compartirlo, porque dista tanto de mí. Ser feliz es construir, y si lo haces solo, estás solo. Si alguien llega, se desarma el puzle, porque no encaja. Si construyen juntos, los dos caben, ajustes impecables, o aceptables. La duración de esa felicidad depende de eso…Si cada uno trae su felicidad, no se pueden sumar, porque son distintas…si cada uno tiene su felicidad siguen estando solos…o tal vez sí sean aditivas, tal vez el secreto sea tener una felicidad y media, media nuestra y una mía…

¿Y si fueras tú? Si fueras tú quien me roba un beso en el pasillo de un pequeño supermercado, si fueras tú quien recorre mis piernas por debajo del vestido. Si fueras tú quien vuelve en un avión olvidado. Me cuesta incluso llamarte tú, acostumbrada más al ÉL. Lo inalcanzable no puede siquiera tener un pronombre, aunque sí mucha imaginación, porque todo aquí es 90% imaginación y 10% recuerdo, y no es por mala memoria, es por escases de momentos juntos. Vuelve a sonar Cálido y frío, en otro frío dentro de un cálido auto compartido con gente que no quiere compartir. Ese amor en contracorriente, dice, mientras vuelvo a recorrer las heladas calles de San Carlos buscándote, cada año con más neblina y menor nitidez. Vuelvo a decir las palabras necias que nos alejaron poco a poco, casi sin darme cuenta. Porque las guindas de las tortas son sorpresivas, y el rojo nos duele en medio de tanta crema blanca.


Amanda

 
Template by suckmylolly.com : header image font "Beauties by Bill Ward"