domingo, 30 de agosto de 2009

¡Yo lo/la vi primero!

Querido público, hoy nos es grato comentarles que tenemos una nueva colaboración de una de nuestras lectoras, Cándida, que nos envió la siguiente historia. ¡Disfrútenla y no olviden comentar!
Si tú también quieres tu rinconcito en La Ex, no dudes en escribirnos a soy.la.ex@gmail.com
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Yo creo ser una persona generosa. Si a algún conocido le pasa algo bueno, me alegro de verdad, siempre comparto galletitas o el snack que tenga a mano por mucho que me guste, presté religiosamente todos mis apuntes cuando mi letra comenzó a ser legible y si alguien me pide algo prestado nunca se lo niego.

Por eso, nunca entendí la actitud del "yo lo vi primero", esa persona que se sentía con más derecho que otra para jotear sólo por haber declarado sus intenciones a medio Chile, joteos que por lo general siempre fracasaban, a pesar de la anticipación con la que se planeó el ataque, y que dejaban a otros mirando a la carnicería sólo por no "herir" sus putos sentimientos. Aunque estos sentimientos fueran tan duraderos como un golpeado de tequila. Es como el perro del hortelano: no come ni deja comer.

Mi primer acercamiento con este peculiar rasgo de egoísmo pasó entrando a la U, cuando, luego de ser literalmente repartida entre un grupo de amigos, resultó que terminé teniendo onda con uno que no había sido al que le habían dado permiso para jotear tranquilo (y al que ya se le había dicho que no). Las recriminaciones por el "yo la vi primero, y sabías que me gustaba" terminaron siendo una fuerte discusión... conmigo al frente. Al poco tiempo, supe que la que más había avivado la cueca con la supuesta traición había sido una ex andante del traidor, que ahora pololeaba con otro. Por lo visto, el "yo lo vi primero" no solo corría para los que buscaban pareja, sino también valía para los que ya la tenían.

Al tiempo después, y ya terminado el lío aquel, comenzamos a salir mucho con una amiga: Bastaba que un tipo sonriera bonito para que le empezara a escribir corazoncitos en sus cuadernos y a transformarse en una obsesión que era reemplazada al rato por otra. Así cada vez marcó territorio haciéndole la cruz a cualquiera futura polola o supuesta "enemiga de intereses". Las cosas se complicaron cuando pareció haber interés de uno de sus supuestos "amores" (si le podemos llamar así a encontrar rico a alguien) hacia mí. Inmediatamente comenzaron los "yo lo vi primero" y el tratar de hacerme sentir mierda por la evidente atracción de los dos. Siempre trataba de ponerme en evidencia para luego tirar el discurso: "mmm, parece que le gustas... pero cómo tan chueca hacia mí que estoy tanto tiempo soltera, búscate a otro". Yo lo había conocido antes, pero el que ella hubiera sido la primera en decir"lo encontré bueno" la hacía inmediata ganadora de su número exclusivo. Así, muchos posibles wannabe pasaron a la lista de archivados por la culpa que me generaba el coartar el excesivo campo de acción de la amiga acaparadora. Convídate uno, o por último, olvídate del que te gustó hace un par de años, por lo menos.

Así mismo, vi cómo el recurso de gritar a los cuatro vientos la intención de joteo fue parte de las peleas y webeos más grandes que he visto. Si hay algo que nunca falta, es el amigo que elige a sus anchas y deja con lo que queda al resto, alegando un supuesto derecho fundamentado escasamente en la mala suerte que debe romper, o el "ella me gusta de verdad" aunque ese gustar de verdad fuera compartido por otras veinte personas más.

Lo que más me llama la atención es que, al igual que lo que escribió Faye sobre los jotes, pareciera que la opinión del joteado no importara: él o ella se DEBEN rendir sola y exclusivamente a los encantos del que lo marcó frente a todos como su presa, y esto se mantiene aún si recibe un "no" rotundo. Estoy convencida de que el Agarra Aguirre sincero no debiera romper amistades o considerarse una deslealtad: el joteado elegirá, tal cual como los "enemigos" tuvieron la libertad de fijarse en la misma persona.

Y con los ex, parece que el asunto del Perro del Hortelano es el mismo. Siempre las que siguen son brujas, feas o maracas, en el caso de las mujeres, y unos pobres sacoweas, losers o pasteles en el caso de los hombres. Aún cuando los sentimientos se hayan acabado hace rato o se haya comenzado una nueva relación, queda a veces la sensación de que el otro te debe algo por haberte fijado en él antes, algo que lo obliga al celibato durante toda la vida. Como si la única razón de existir del pobre fuera haberse encontrado contigo.

Si ya no hay nada, yo prefiero que me olviden, que se tiren a minas lindas, que se enamoren hasta las patas y que me recuerden con cariño como parte del pasado. No me va el desear cagarle la vida a alguien por quedarse enganchado, para hacerme sentir especial y única. Que el weón encuentre a alguien con quien no tenga los problemas que tuvo conmigo, que no meta las patas de nuevo, que sean felices, que tenga varios hijos, plante un árbol y escriba un libro. Creo que es lo que menos le puedes desear a alguien que por algún momento te hizo feliz. Es también parte de olvidarlo: el desearle sinceramente lo mejor, lo más lejos de una, es el mayor síntoma de que estás recuperada.


La Cándida

jueves, 27 de agosto de 2009

Un amor platónico

Johannes va a unas juntas a las que me invitó una amiga cinéfila. Él me llamó la atención apenas lo vi; primero, porque se parecía a Froilán, pero después cobró colores propios cuando lo escuché hablar.


Sabe conversar de manera entretenida y callar cuando es necesario. Es ingenioso, alegre, comenta cosas interesantes y -al igual que con Amigo-, me siento cómoda con él. No tengo la sensación de estar fuera de lugar si le digo algo y tampoco me pongo muy nerviosa si me dirige la palabra.

Es y será sólo un amor platónico, porque tiene un hijo y una esposa. Se trata de una pequeña familia feliz y, en realidad, me alegra que así sea. Se ve contento con su vida, por eso me gusta tanto.

También me gusta porque me demostró que existen hombres más alegres que Froilán, más divertidos para conversar, con temas mucho más interesantes que su carrera, su (ex)pareja o sus amigos, con una mirada y una sonrisa mucho más simpáticas y, lo más importante... hay hombres realmente felices, con mayor capacidad para compartir y hacer sentir bien al resto.


¡Aún hay patria, ciudadanos(as)!



MilDiez

lunes, 24 de agosto de 2009

Córtenla con el morbo!

¿Les ha pasado que, justo después de terminar una relación, a veces sienten que el resto del mundo los observa, que la gente para de conversar cuando se acercan al grupo y, más encima pareciera que todos los vieran con cara de pooooobreeeciiiit@!? Bueno, eso es normal, la gente cree que una anda más sensible y por un tiempo como que te conviertes en la entretención del resto: desde el típico chismorreo de "supiste lo de paquito y juanita??" hasta los amigos que tratan de sacarte a pasear para cambiarte el ánimo.

Con el tiempo, las ganas de 'ayudar' de algunas personas comienzan a convertirse en puro y simple morbo, en las ganas de ver cómo reaccionas cuando te cuentan un sabroso detalle del que ahora ostenta el título de Ex, uno más en tu prontuario de relaciones.

El problema es cuando ya han pasado más de dos años del término oficial de la relación, tu estás en otra y la gente sigue llegando a contarte chismes. "¿Sabes de qué me enteré el otro día, juanita? me contaron que después que terminaste con paquito el muy pobre creía que iban a estar separados unos meses e iban a volver... estaba arrepentido de lo que te hizo...", o "Supiste que paquito se metió con menganita? sucedió cuando menganita justo había roto con su novio de toda la vida, pero paquito la cargoseó tanto que menganita al final volvió con su novio y todos felices...".

Gente, ¿¿¿qué les hace pensar siquiera que tengo GANAS de oír esas cosas???

O sea, es mi Ex, pasé AÑOS de mi vida tratando de entenderlo y si hay alguien a quien no sabe mentirle es a su madre y a mí. Yo lo único que sé es que él incumplió su promesa, me traicionó y no hay más que decir.

Por favor, no quiero saber nada más que me puedan contar de él.

Me encantaría poder sentarme algún día a conversar con él, tirar la talla un rato y luego dejarlo hablar, que me cuente todo lo que realmente pasó porque creo que ahí hay muchas cosas que aclarar (y yo como maldita obsesiva no puedo dejar algo pendiente...). Pero el problema radica en que yo siempre fui sincera, y creo que él no. Sus razones habrá tenido, y espero que algún día entienda que no lo voy a condenar por ello, sólo quiero escuchar la verdad.

I'm going to ask you some questions, and I want you to tell me the truth. However, therein lies a dilemma. Because, when it comes to the subject of me, I believe you are truly and utterly incapable of telling the truth, especially to me, and least of all, to yourself. And, when it comes to the subject of me, I am truly and utterly incapable of believing anything you say..."

- El gran David Carradine interpretando a Bill, Kill Bill 2



Liss

martes, 18 de agosto de 2009

Vieja chica

Al revés de lo que le pasa al 90% de la población mundial, a mí no me gusta la etapa inicial de la relación de pareja. Ese tiempo en el cual una anda siempre como salida de la peluquería y el otro siempre anda con aliento fresco. No soy muy amiga de las mariposas en el estómago y definitivamente me carga tener que hacerme la linda frente a un hombre.


No es que no sirva, sencillamente no me gusta. No me gusta andar con la sonrisa en el rostro cada vez que lo veo, ni hacer miraditas, ni coquetear. No me gusta el juego de esperar a que el otro llame y cuando lo hace, hacerme la tonta y fingir como que su llamada era lo último que tenía en mente. No me gustan las presentaciones frente a los amigos y la familia, ni menos tener que buscar su aprobación. Toda esa etapa, que para la mayoría es la más "linda" y la que recuerdan con más cariño, para mí es un verdadero fastidio.


Me carga tener que ir develando de a poco que no soy una mina tan bacán, ni simpática, ni perfecta. Me carga ese puto juego de dame-que-doy donde la imagen perfecta del que está enfrente mío se va volviendo menos idealizada y más real. Me carga todo el proceso porque a mí me gusta exactamente eso: la realidad.


Me gusta cuando uno ya conoce las mañas del otro. Me gusta discutir porque dejaron la tapa del W.C levantada o restos de barba en el lavamanos. Me gusta llegar estilando a la casa después de un largo día y que me estén esperando con un chocolate caliente y tostadas con palta. Me gusta quedar tendida en la cama discutiendo cómo le vamos a poner a nuestro hijo o en qué colegio lo matricularemos. Me gusta esa cómoda y tranquila seguridad que te invade en las noches cuando despiertas de un mal sueño y tienes a la media naranja durmiendo a pata suelta a tu lado, diciéndote en silencio que todo lo malo ocurre allá afuera, no aquí dentro.


Me gustan las comidas familiares y las tallas que van y vienen. Me gusta pensar en un futuro en común y nada me hace más feliz que imaginarme en una casa, nuestra casa, rodeados de niños, juguetes, deudas y la más pura y simple felicidad, aquella que es tan mal mirada en este tiempo de mujeres profesionales, hombres inseguros y donde la regla es el one night stand y si te he visto, no me acuerdo.


Veo mi título profesional y veo la vida que llevo y lo único que pienso es en las ganas que tengo de compartirla con alguien más. Pero compartirla de verdad. Que me reten por lo despilfarradora que soy o porque se me olvidó pagar el gas. Acostarse el viernes y no moverse hasta el lunes. Hacer nudos de corbatas, pasearme por los dormitorios diciendo "Buenas noches, mi cielo, que sueñes con los angelitos" y si hay tiempo leer un cuento.


Soy una vieja chica o una chica enchapada a la antigua. Quiero matrimonio por la Iglesia (la fiesta no me podría importar menos) y antes de los 30 tener al menos un hijo. Quiero encontrar a alguien que se haya dado cuenta que la verdadera revolución es la normalidad.

Juana La Loca

Imagen: http://www.lochers.com

domingo, 16 de agosto de 2009

La reemplazante de una ex

Querido público, hoy queremos compartir con ustedes la historia que nos ha enviado Dudosa, una fiel lectora de nuestro blog, para que lean y comenten. No olviden que pueden hacernos llegar sus escritos al correo soy.la.ex@gmail.com, que tengan un buen día!


Demasiados años que no sabíamos nada el uno del otro, pero gracias a cosas de la vida y un milagrito comenzamos a hablar…

Me encantó su forma de ser, no podía creer que ese niño que conocí hace muchos años atrás estaba convertido en ese “hombre” que, inevitablemente estaba comenzando a atraerme.

Me caí del PC el día que me hizo el comentario por algo que le dije: “aaah mi polola…”. No podía ni quería creerlo, lamentablemente ese Hombre que me atraía tanto ¡tenía polola! Por qué no lo había mencionado antes, gracias a Dios no había hecho ninguna alusión a lo que me estaba pasando, pero a pesar de todo no podía evitar el sentirme atraída por él.

Bueno llegó el día: nos juntamos, conversamos, nos reímos y bebimos vino blanco, que por coincidencia es nuestro favorito, la novia no salió al aire en ningún momento de nuestras conversaciones y el único momento en que se nombró fui yo quien lo hizo cuando lo miré y le dije “que lata que estés pololeando”. Al final de la noche/madrugada nos aprestábamos a despedirnos, lo besé en el rostro, cuando él me toma y me besa...fue el beso más romántico que me habían dado en años, y no podía creer ¡me estaba besando! Fue sólo ese beso y me fui.

Al otro día nos volvimos a juntar en una “cita” que escapa de toda imaginación y fue… es que no tengo palabras para describir lo que me pasa cuando estoy con él. Ese día me dijo que terminaría con su polola y yo me asusté…le dije que no quería ser la causa del quiebre de una relación de años, a lo que me contestó que yo no era la razón, que las cosas ya se estaban dando mal entre ellos desde hace mucho tiempo atrás.

Me sentí mal y lo único que le pedí fue que no le contara a ella que estaba saliendo con otra, porque yo como mujer me ponía en su lugar y me dolería mucho.
Bueno, terminaron según él, de mutuo acuerdo.

Al mes de estar saliendo, de una forma bastante particular le pedí pololeo, se “sintió” por que lo había presentado a un amigo como “mi amigo” y le dije que si no quería que lo presentara así siempre estaba la posibilidad de decir que era mi ¿pololo?… y esa misma noche fue la primera discusión por “La Ex”, en un momento bastante inoportuno llegó un mensaje suyo a su celular, a lo que me confesó que aún tenía contacto con ella, que aún eran amigos.

Sé que los celos al comienzo de una relación nunca son un buen presagio, pero me escocía cada vez que ella le escribía cosas en su página de FB, y en serio me estaba arrepintiendo de haberle pedido que no le contara que estaba conmigo.

La nota alta fue cuando por cosas del destino me enteré que el último día que lo había visto y que me había dicho que comería con su familia, bueno su familia era “La Ex” que le había pedido una última reunión, no me había dicho por que temía que me molestara, y de hecho fue mejor enterarme "después de”.

Él ha tratado de dejar las cosas claras pero parece que ella simplemente no quiere dejarlo ir… le ha dicho de mil formas que las cosas ya no funcionan, que ya no quiere estar con ella.
Le dije que cuánto tiempo más tendría que esperar para que se enterara de nuestra relación y me dijo que no sabía, que por el momento prefería que las cosas siguieran así.

Y me duele, me duele mucho cada vez que se pone en su lugar y no en el mío, “ella sufre por todo y no quiero hacerla sufrir yo”, “no está en un buen momento, esperemos un tiempo” y cuanta excusa barata (por lo menos para mí) he tenido que escuchar, han tenido conversaciones bastante complejas con respecto a lo que fue su relación y ella (al igual que yo haría en su lugar) esta dejando todo en la cancha.

Pero entonces qué pasa con mis sentimientos, con mi sentir en los momentos que pienso: y si habló con ella hoy; y si ella está logrando que él tenga dudas de haber terminado y quiera volver... y comienza la película en mi cabeza, tonteras e inseguridades típicas de una reemplazante de una ex… pero que a la larga están logrando hacer nido en mi cabeza.

Sé que me ama (más que a su música como dice él y créanlo eso es demasiado), no por que me lo repita mil veces al día, sino por que ha hecho cosas por mí que no había hecho por ninguna mujer, y me consta que es así, no se engañen, nuestra relación es increíblemente magnífica, pero es ese el “detalle”: que ella no puede enterarse aún y me llena de dudas, dudas tontas lo sé, pero que dentro de todo es comprensible, creo yo…



Dudosa

miércoles, 12 de agosto de 2009

BUSCO HOMBRE SIN GRACIA ( O desgraciado, da lo mismo)

A veces pienso que traigo puesto un cartel atrás que me hace sedientamente atractiva, como siempre se me han antojado son los enormes culos de las cebras (¿se han fijado en que no falta la foto de una cebra, mirando hacia atrás, como diciendo “no te metas con mi cucu”?).

Vuelvo al tema. Siento que ese atractivo cartel dice: “tomo hombres con, traumas, mala educación y los convierto en hombres relativamente decentes”.

Y no hablo por autocompasión, porque lo mío sean los hombres poco atentos, o excornudos y actualmente traumatizados. Hablo de una especie de instinto por el hombre de estructura mental dramática, con un pasado familiar al cual la tan citada “disfuncionalidad” le cae como piropo, más que como diagnóstico. Lo mío es una derecha inclinación al macho zeta, dañadito, ni rudo ni suicida, pero con escasas posibilidades de una supervivencia digna.

De alcohólicos, por ejemplo, tengo varios: el pololo curadito simpático, que te hace reír en los primeros tres carretes, pero luego, al cuarto carrete hace una arcada en pleno beso de retorno a casa, y lo que es peor, luego vienen las erecciones fallidas o el priapismo alcohólico (ese al que curado no se le bajan los instintos ni con mostrarle un foto de Teresita Reyes).

O el lunático, ese que te ama intensamente de lunes a miércoles, y el resto de la semana anda ensimismado y de mal genio, acusándote de cuanto mal hay en el mundo.

Al profundo, ese que es como un emo desfasado en el tiempo, ese que tiene una vida interior según él, tan compleja, que no quiere involucrarte en su complejidad, entonces está contigo, pero después ya no, y luego sí porque tú eres la luz, pero su oscuridad es tan profunda que mejor te vas al carajo y el huevón, llora.

Y sin ir más allá tuve uno que al cabo de reacciones raras y medio violentas terminó siendo esquizofrénico, y otro que, sin más comentarios, me pegó justificándose en que yo era demasiado linda, atractiva e inteligente, lo que hacía que hubiera muchas posibilidades de que los hombres me buscaran y por ende, le pusiera el gorro, entonces me castigaba de antemano, para que ni me atreviera a engañarlo.

Demanda por medio, se volvió otro tormentoso recuerdo en el obituario de mis amores.

Miro hacia atrás y todas mis relaciones son intensas, pero tormentosas, llenas de esfuerzos para no terminar en homicidio. Miro hacia atrás, pero más cerca en el tiempo y los veo a todos levemente mejorados, pero ante esa leve mejora, han dejado de estar conmigo.

Entonces me limito a pensar que definitivamente hay mujeres que no amamos. Simplemente compadecemos apasionadamente.


Loca de Patio

lunes, 10 de agosto de 2009

¡No me estoy haciendo la difícil!

Hay mujeres a quienes les gusta hacerse las difíciles. No digo que sea bueno ni malo, sólo es. De hecho, creo que guardando ciertos límites, puede ser interesante. Ser un poco más “hard to get”, verlos esforzarse más, y alargar un poquito más el proceso de conquista, las mariposas en el estómago y la seducción. A veces, ellos también valoran más algo que no les resultó tan fácil. Pero si bien la aventura de la conquista puede ser muy agradable, la verdadera aventura casi siempre comienza con la relación, cuando enfrentas una serie de nuevos retos y desafíos, que van más allá de que la pareja tenga química y se gusten.

Sin embargo, generalmente en el juego de ser difícil siempre hay señales –a veces sutiles, a veces no tanto- de que lo que tiene que pasar, VA A PASAR, sólo que lo estás haciendo esperar un poco. Siempre hay algo de coqueteo, sonrisitas cómplices, una que otra frase juguetona, algo para que entienda que eres difícil, no imposible. Cuando esto no está presente, no te estás haciendo la difícil, simplemente no estás interesada.

Antes de concentrarme en este último punto, quisiera explicar algo. Hay mujeres (quizás hombres también, pero hasta ahora no me ha tocado ver a ninguno) que siempre mantienen el jueguito de la seducción, aunque nunca vaya a pasar nada. Una cosa es ser coqueta, y otra dar señales de que podría haber algo donde nunca lo habrá. Las féminas que hacen esto, generalmente lo hacen porque les gusta la atención masculina y sentir que tienen a todos los hombres que las rodean interesados en ellas. Casi siempre son odiadas por sus congéneres por lo mismo. Porque en su afán de sentirse el centro de la atención, ilusionan a algunos hombres a quienes nunca les darán la oportunidad. Otras, con tal de mantener la atención que alguna vez tuvieron, son capaces de convertirse en “amigas aguja” cuando su “amigo” tiene novia. Cuando hablo de “hacerse la difícil pero dar señales de que en algún momento pasará algo” excluyo a este tipo de mujeres. Ellas no lo hacen por ampliar el momento de la seducción, tienen otros motivos. Y si usted es enamoradizo y se encandila fácilmente con el coqueteo, preste atención cuando las vea y aléjese, porque lo más seguro es que de aquí salga con saldo negativo.

Volviendo al tema inicial, yo me considero demasiado evidente cuando me gusta alguien como para hacerme la difícil. Quizás soy fácil o simplemente soy muy transparente. Pero es como que a algunas nos ocurre que toda la objetividad se nos esfuma cuando nos gusta alguien. No nos damos cuenta que él nos está coqueteando porque “no puede ser que se haya fijado en mí” y no somos capaces de aplicar ninguna “estrategia”. Es como que somos espontáneas porque en realidad no nos queda otra.

Pero cuando el sujeto No nos gusta, la gran mayoría siempre SABEMOS cuando éste está interesado en nosotras. En serio chicos, con algunas excepciones, la mayoría son bastante evidentes. A las chicas a quienes les gusta la atención masculina a las que me referí hace un par de párrafos puede que esto no les incomode. Pero a otras sí. Ver a alguien interesado en ti –a veces en serio, otras por pura calentura- cuando a ti no te interesa es una lata. Porque si el tipo te expresa lo que sientes, es más simple, le dices “yo no estoy interesada” y punto. Pero esto rara vez ocurre. Hay que tratar de darle a entender que no pasará nada de otro modo y si esto no resulta lavarte las manos y decir “OK, si yo no le he dado motivos para ilusionarse, no es mi problema”. Tampoco puedes llegar y confrontarlo así como así, porque si es orgulloso, lo negará, no importa que tan obvio haya sido, y puede que tú quedes como la loca o la egocéntrica.

Por lo menos yo, cuando digo que NO, es NO. Nada de “dime que no pero en realidad dime que sí”. Como dije, lo de hacerse la difícil, a muchas no nos va porque no nos interesa o simplemente no nos resulta, y las que sí lo hacen, siempre buscan alguna forma (para estas cosas siempre sabemos como arreglárnoslas) de dejar en claro que en realidad sólo están haciendo esperar al galán de turno, pero que no es un “no” definitivo. Por eso me molesta el tipo que no entiende un no firme y claro cuando se lo dan. Recuerdo a un tipo que sin importar lo cortante que fueran con él, o lo directa que fuera la mujer en decir “deja de molestarme, tengo novio”, insistía de todos modos. Claro, era una patética excusa de hombre, de ésos que dejan mal al género, pero desafortunadamente hay otros como él. Era capaz de jotear a la novia del amigo sin problemas, o esperar a que su propia novia saliera de una fiesta para lanzarse cual ave de rapiña sobre alguna incauta desprevenida (que casi siempre lo rechazaba).

Cuando le dio conmigo, primero fui cortante con él, porque me desagradaba y no tenía intenciones de ser suave. Y me consta que dije cosas que hirieron su orgullo. Pero no fue suficiente. Insistió igual. Después de eso decidí que en realidad no valía la pena preocuparme y superé mi compasión inicial (algo así como un “qué lata que pierda el tiempo conmigo si en realidad no le voy a dar bola”) y recordando su historia (otras fueron cortantes antes que yo) entendí que esto no iba a funcionar.

Dejé que me piropeara por MSN y que perdiera el tiempo creyendo que quizás yo sí iba a caer. No lo alenté, pero tampoco lo rechacé más. En serio, ¡ya hice eso hasta el cansancio y no funcionó! Incluso una vez después de que lo rechacé por enésima vez tuvo el descaro de decirme “pero si todo es broma, en realidad no estoy interesado en ti”, como si una fuera tonta. Tuvo que hacerse la idea de que no estaba interesada en él cuando en una fiesta se me tiró encima y yo le corrí la cara. Después de eso, no insistió más, asumo que entonces se sintió realmente humillado. No estoy orgullosa de que el asunto haya llegado a eso, pero todo se podría haber ahorrado si hubiese captado que el no inicial, era un no definitivo y que yo no estaba dándole ninguna señal confusa, de hecho, fui bastante directa en rechazarlo y hasta pesada hasta que me aburrí y decidí dejar que hiciera lo que quisiera (claramente no lo importante). Bloquearlo de msn tampoco habría funcionado porque es parte de uno de mis círculos de amigos, me lo habría topado de todos modos y tampoco quería que anduviera pelando (si hasta me lo imagino diciendo "la loca esa cree que la joteo, ¿por qué me persiguen las minas locas?"). Por el incidente de la fiesta sabía que no me iba a pelar, ya que se sintió humillado. No, ahora se iba a quedar calladito, calladito.

Conclusión: todo sería más fácil (no sólo para ellos, para una también) si captaran que el no es no. Sé que hay un estereotipo de mujeres que no saben lo que quieren y que dicen una cosa pero quieren decir otra. Pero son fáciles de reconocer, y si te conocen y se dan cuenta que no eres así, entonces entiéndalo, aquí no hay mensajes ocultos, es un “no” de verdad. Si no hay coqueteo, entonces tampoco me estoy haciendo la difícil, además, a no todas las mujeres nos va ese juego. Facilitémosle la vida a todos y entendamos que no siempre hay indirectas y mensajes ocultos, a veces una simplemente está diciendo exactamente lo que quiere decir.

Faye

jueves, 6 de agosto de 2009

Maldita su baja autoconfianza

Me atrae un Amigo. Tenemos gustos similares, es inteligente, simpático y agradable. Además, me pasa algo con él que hace tiempo no me ocurre con otros, y es que a su lado puedo ser yo. Me siento cómoda.

Sin embargo, hay un 'pero': le falta una actitud más confiada respecto a sí mismo.

Esa inseguridad que muestra hace que tambalee todo lo que puedo sentir por él, ya que no me convence del todo. Es como cuando te venden un buen producto de mala gana, sin destacar todos los pros que tiene. Una queda con la sensación de que, a fin de cuentas, no vale la pena.

(En todo caso, no puedo condenarlo ni patalear, porque yo también suelo pensar así de mí. ¿A quién no le dan bajones? Lo malo es que si a él le dicen 'oye, te quedó re-bien tal cosa', responde algo como 'gracias, pero...' o lo agradece con exceso de modestia, como diciendo 'eso lo dices porque eres mi amiga' ¡PUAJ!*).

A veces tengo ganas de motivarlo para que se saque más partido, o decirle que hay al menos una mujer interesada en él. Se me quita luego. Sinceramente, esos temas los tiene que ver un psicólogo o alguien más capacitado que yo. Hay ideas fijas que no desaparecen sólo porque otra persona se la juegue, sino que debe pasar tiempo, harta agua bajo el puente, tiene que haber un esfuerzo del afectado y mucho optimismo (más escaso y valioso que el oro).

Aparte, no estoy ni ahí con dejarlo listo para que haga estreno de su nueva autoconfianza con otra.





Hmm... Es mejor que sigamos siendo amigos, jaja.

MilDiez


*= Me acordé de Segundo, un ex que me contestaba algo similar cuando le decía que era bonito: 'Eso lo dices porque eres mi polola'. Irónicamente, tuvo razón xD

lunes, 3 de agosto de 2009

M.A.C.H.O.T.E.S.


Querid@s, queremos dar a conocer la nueva colaboración que tendremos a partir de hoy con nuestro blog hermano, M.A.C.H.O.T.E.S., empezando con un texto que nos envía Quiltro, ¡Disfrútenlo!.

Caminamos desde el Narciso hacia Bilbao. Mely, Carlos y yo. Y de pronto salió el tema de escribir algo en este blog. Yo había prometido hacerlo, tenía las ganas de participar pero no así el tema, pues sentía que no sabía sobre qué hablar respecto a mi ex, puesto que mi última polola la tuve el año 2006. Entonces caí en cuenta que estaba haciendo una suposición.

¿Qué es una ex? ¿Qué requisitos debe cumplir alguien para decirle ex?

Según la RAE hay algunas definiciones y usos interesantes
* Que fue y ha dejado de serlo.
* Persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra.
* Significa 'fuera' o 'más allá', con relación al espacio o al tiempo.
* Indica privación
* A veces no añade ningún significado especial.

Pensé entonces, en mi definición de la ex. Desde La chica de la polera roja con la que baile salsa y que me secuestró en mi cumpleaños recién pasado, hasta Marylin, la primera niña que bese en mi vida, dentro de un armario en su casa; todas han sido mis exs. Si es que entiendo a aquellas mujeres como algo “que fue y que ha dejado de serlo”.

Esta es una carta dedicada a todas ellas:
A mis escasas pololas
A las de los besos furtivos entre música y bailes
A las que nunca les di un beso pero ocuparon mis ganas por robarles uno
A las que tuve a mi lado sin título alguno y sin compromisos
A todas con las cuales de alguna manera u otra me he involucrado a mi pesar o al suyo, o al revés para mi bien o el vuestro.

A ti mi EX quería decirte:

Que tu cara me es borrosa a estas alturas.
Que han pasado años y mujeres sobre mí, tantas que tu nombre se divide, aunque nadie se lo pelee.
Que me hiciste llorar, reír, descubrirme.
Que si te hice daño fue de tonto, de pendejo, nunca de malo.
Que no resultó por miles de motivos distintos, pero que al menos mientras duró me la jugué por ser siempre el mismo, y supongo que hiciste igual.
Que, como dice la canción, prefiero el odio antes que el olvido, aunque me gustaría que no me odiases.
Que a veces no debí entregarte sin quitarte nada a cambio.
Que estoy desgastado de tanto querer y desilusionarme.
Que me debiste dar más oportunidades.
Que ya no soy el mismo, he aprendido, he mejorado.
Que a veces quisiera volver, pero no siempre decido yo.
Que no te guardo rencor, pero siento que no te pasa lo mismo.
Que aprendí las cosas más importantes de mi vida contigo, y descubrí la terrible verdad de que nunca me he enamorado.
Que sin ti me encuentro ahora.
Y que aunque te extraño, sigues siendo pasado, a veces te enredas en mi presente, pero contigo no hay futuro.
Por eso fuiste, a veces eres, pero no serás.

Te deseo lo mejor, aunque admito que no fue siempre así.
Y trataré en lo posible de no sumar más gente a esta enorme lista de intentos infructuosos.
Por mi bien, y el tuyo.

Quiltro
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Si quieres más, te invitamos a revisar la intervención de La Ex en el blog de M.A.C.H.O.T.E.S. , mantente atent@!

 
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