viernes, 23 de abril de 2010

Libertad

El día en que olvidé tu cumpleaños supe que por fin había terminado de dejarte atrás. A pesar del paso de los años desde que terminamos, siempre recordaba esa fecha, al igual que la de nuestro aniversario. No necesariamente la recordaba con tristeza ni con nostalgia, pero la recordaba. Hasta que un día no sé por qué pensé en ti y me di cuenta que tu cumpleaños había pasado hacía varias semanas y yo no lo recordé. Me sentí un poco mal, porque tu siempre recuerdas el mío y me envías al menos una señal de humo para hacérmelo saber. Pero por otro lado, no pude evitar sentir gran alivio: por fin me liberé de ti.

Quizás no lo sepas pero siempre has sido ese ex para mí. Aquél con quien inevitablemente comparé a cada nuevo prospecto que apareciera en el horizonte. Aquél con quien más tiempo pasé, con quien más veces terminé y volví, con quien más planes hice, de quien más me decepcioné y también a quien más he decepcionado. Hace años que no pienso en ti románticamente, pero tu fantasma tampoco me abandonaba por completo. Muchas veces me pregunté si algún día volvería a tener una relación como la que tuve contigo, en la que todos los sueños estaban permitidos, en la que realmente parecía factible forjar un futuro al lado de alguien. Y la pregunta ni siquiera tenía relación directa contigo, sino más bien conmigo. Con mi incapacidad de olvidar. Mi incapacidad de dejar atrás. Ese afán perverso de constantemente mirar hacia el pasado y hacerme preguntas.

Por fin ocurrió. Por fin sé que soy otra. Porque aunque hace años que borré tu número telefónico de mi memoria del celular, nunca pude olvidarlo. Y ahora, aunque lo intente, no lo recuerdo. Y es algo tan simple como eso, pequeñas cosas que se te olvidan. Pero es tan grande como eso para quienes somos esclavos de la memoria. Al liberarnos de los últimos recuerdos que quedaban y no parecían querer desaparecer, a pesar del paso del tiempo, sabemos que hemos dado un paso importante.

Recordar esas cosas no significaba mucho tampoco. Sólo que la memoria es testaruda y hay números, fechas, asociados a rostros, momentos, de los que no se quiere desligar. No significaba que aún sintiera algo por ti, pero era como un ruido molesto en el fondo de una habitación, como la estática de la televisión, pero en un volumen muy bajo, que sólo tú escuchas, sólo tú eres consciente que está ahí y hasta tú de vez en cuando puedes ignorarlo, pero a veces le vuelves a prestar atención, a ese zumbido. Y el zumbido se apagó. Soy libre.

Faye

8 comentarios:

Mónica Pavón Mardones dijo...

Yo he recurrido a tonteras incontables para olvidar y a ratos aún me cuesta... Pero de a poco supongo se sale adelante. Aunque haga lo que haga lo único que no he podido olvidar es la traición.

Nacho! dijo...

Me gusto mucho el juego entre el tono nostálgico (del pasado que se recuerda con agrado) y lo "maduro" de la postura al escribir!! No se porque se me vino a la cabeza esos días de otoño en los que, sin razón aparente, uno se pone a recordar...

MelyPaz dijo...

Whoa, me encantó esta entrada. Llegar a olvidar todos los números asociados ESA persona (yo también recuerdo un celular y un cumpleaños, meh) debe ser la experiencia más bacán del mundo. Me prometo vivirla.

Saludos! (y felicidades =D)

Ro dijo...

Quien no ah pasado por eso, es que el recuerdo de ese "ex" porque es y sera esa persona que nos cuesta olvidar, es lo que nos hace experimentar el cambio cuando al fin lo hemos olvidado,esa satisfaccion sentirte libre no nos la quita nadie.
Me encanto el post yo aun ando en proceso de olvido, pero se que dado el momento lo lograre.
Saludos
Ro

klaas dijo...

va de resentimiento con fondo verde?

Julie dijo...

Me sentí identificada... Ahora soy libre en compañía de alguien que alimenta esa libertad.

Anónimo dijo...

me encanto ... solo puedo decir eso.. no se es tan similar a lo que yo siento... bah... que digo.. es exacto... siempre paso por aca y me encuentro con cosas hermosas.. beso

Unknown dijo...

Es increible, pero a mi me pasa lo mismo con uno de mis ex en particular, fue con el que mas tiempo dure, terminamos hace como 6 años, y jamas me he olvidado de su cumpleaños, ni el del mio y de las fechas de aniversario...uno no tiene sentimientos amorosos por la persona, pero es que lo recuerdas porque fue bonito, y si la amistad persiste es mejor aun...por eso se recuerda siempre

 
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