Antes hablaba de mis ex como quien habla del tiempo. Me hablaba a mí misma mientras hacía la cama, me preparaba el desayuno y me arreglaba para ir a la U o a la pega. Hablaba de lo bueno, lo malo, lo que nunca debí aceptar, etc. Creí que nunca me aburriría de mirar hacia atrás.
Y ahora que tengo la oportunidad de despellejarlos con palabras... Me cansa recordar. De los cuatro, solo uno sigue clavado en mi cabeza, pero sin tanta fuerza como antes. Estos últimos días fui capaz de conectarme y desconectarme de MSN sin escribirle nada, algo que en mayo de este año era impensable.
Froilán es de esos muchachos con los que da gusto conversar, pero que son huidizos. Esa característica aceitosa y defensiva me dio dolores de cabeza memorables. Hablo en pretérito perfecto porque me obsesioné con fragmentos que no le hacen el peso a la totalidad. Tenía la estúpida idea de que una mirada, conversación y sonrisa hermosas importaban más que todo lo demás. Ja.
Al final, logré entender que solo se trata de una atracción intelectual. En otros aspectos no pasa nada. ¿Y qué resulta en esos casos? Pues se gana un amigo.
Ah, eso sí es posible. El amor verdadero no puede dominarse. Sin embargo, ¿existe amor verdadero si no hay correspondencia? ¿No se le llama "amor" a ese sentimiento mutuo que mueve montañas? Si me baso en esa premisa, el amor no correspondido/no verdadero es algo que uno crea, es una ilusión moldeada. Si la dominas, la obligas a dormir y puedes convertirla en un cariño tibio. O en nada.
Con Froilán estoy así. Viéndolo poco y tratando de adormecer esa ilusión. Hasta el momento me está resultando. Espero que, en unos meses más, pueda decir que la misión fue un éxito rotundo. Veremos qué pasa cuando me diga que está pololeando con una más linda y más inteligente, jaja.
Mil Diez
Y ahora que tengo la oportunidad de despellejarlos con palabras... Me cansa recordar. De los cuatro, solo uno sigue clavado en mi cabeza, pero sin tanta fuerza como antes. Estos últimos días fui capaz de conectarme y desconectarme de MSN sin escribirle nada, algo que en mayo de este año era impensable.
Froilán es de esos muchachos con los que da gusto conversar, pero que son huidizos. Esa característica aceitosa y defensiva me dio dolores de cabeza memorables. Hablo en pretérito perfecto porque me obsesioné con fragmentos que no le hacen el peso a la totalidad. Tenía la estúpida idea de que una mirada, conversación y sonrisa hermosas importaban más que todo lo demás. Ja.
Al final, logré entender que solo se trata de una atracción intelectual. En otros aspectos no pasa nada. ¿Y qué resulta en esos casos? Pues se gana un amigo.
Ah, eso sí es posible. El amor verdadero no puede dominarse. Sin embargo, ¿existe amor verdadero si no hay correspondencia? ¿No se le llama "amor" a ese sentimiento mutuo que mueve montañas? Si me baso en esa premisa, el amor no correspondido/no verdadero es algo que uno crea, es una ilusión moldeada. Si la dominas, la obligas a dormir y puedes convertirla en un cariño tibio. O en nada.
Con Froilán estoy así. Viéndolo poco y tratando de adormecer esa ilusión. Hasta el momento me está resultando. Espero que, en unos meses más, pueda decir que la misión fue un éxito rotundo. Veremos qué pasa cuando me diga que está pololeando con una más linda y más inteligente, jaja.
Mil Diez